El peor naufragio de la historia está en Venezuela
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April, 2020
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¿Sabía usted que el peor naufragio de la historia ocurrió en Venezuela,
frente a las costas de Aragua y Carabobo?
Año de 1973, aguas del Caribe venezolano. A bordo del Yate “Siboney” un
grupo de aficionados regresan a la costa, están agotados pero satisfechos:
luego de 26 horas de arduo trabajo regresan a su puerto con el trofeo
de su exploración: un enorme cañón de casi tres metros de largo y varios
cientos de kilos de peso. Se trata de la primera exploración venezolana en
el naufragio más grande ocurrido en el Caribe y quizás en todo el mundo: el
naufragio en aguas del archipiélago de Aves de la flota de guerra del
almirante francés Jean D’Estrés, quien perdió casi toda su armada y más de
mil hombres en un extraordinario episodio desconocido para la mayoría de los
venezolanos.

El almirante francés Jean D’Estres.
En el mes de abril de 1678, hace 342 años exactamente, en el transcurso de
la guerra franco-holandesa (1672/1678) el almirante francés Jean D’Estres
partió desde la isla de Saint Kitts and Nevis, ubicada entre Puerto Rico y
Antigua y Barbuda (antes conocida como San Cristóbal) con una poderosa flota
de 18 buques de guerra con la finalidad de atacar y capturar las Antillas
Holandesas (Aruba, Curazao y Bonaire), para de allí incursionar sobre
Venezuela, en esos momentos colonia española. D’Estres contaba con unos 6000
soldados y marineros embarcados para su invasión. Al enterarse de sus planes
los holandeses desde Curazao enviaron una pequeña flotilla a hacer frente al
invasor.

La oscura noche del 3 de mayo se encontraron las dos flotas en las
inmediaciones del Archipiélago de Aves, también llamadas Isla de Aves de
Sotavento, que son unos pequeños islotes deshabitados ubicados al oeste de
Bonaire y frente a las costas de Carabobo y Aragua, al Este de Los Roques
(no confundir el Archipiélago de Aves, con la Isla de Aves, la isla más
septentrional de Venezuela, mucho más al Norte, que tiene un nombre muy
parecido). Los holandeses maniobraron hábilmente y con luces desde sus
pequeños barcos hicieron creer a los franceses que estaban frente a Bonaire,
y que las luces que veían eran las de la isla. cuando en realidad estaban
frente al pequeño archipiélago de Aves. D’Estres mordió el anzuelo y se
dirigió a toda velocidad en su enorme buque insignia “Le Terrible” hacia la
trampa. “Le Terrible” no pudo evitar el arrecife, chocó contra las piedras
del fondo del mar y comenzó a hacer agua. Mientras los marinos para tratar
de salvar la vida saltaban por la borda al ver como su barco empezaba a
hundirse, D’Estrées ordenó que dispararan los cañones para advertir al
resto de la flota, pero las tripulaciones de los otros buques pensaban que
habían trabado combate con los holandeses y a toda la velocidad que daban
los vientos sobre las velas fueron en su ayuda en medio de la oscuridad. Uno
a uno, el resto de los buques de la flota golpearon el arrecife y encallaron
y comenzaron a hundirse.
Antiguo
mapa que señala el lugar del naufragio.
Hay otra versión que dice que D’Estres ordenó que primero pasaran unos
pequeños buques de poco calado, lo que lograron, pero dispararon sus cañones
para advertir lo peligroso del arrecife, lo que fue interpretado por el
almirante como si estuvieran combatiendo por lo que ordenó avanzar. Lo
cierto es que allí quedaron destrozados junto a “Le Terrible”, “le
Deffenseur”, “Le Prince”, “Le Belliqueux”, “Le Bourbon”, una nave hospital y
muchos otros buques menores.
La flota quedó diezmada. Se hundieron casi todos los barcos de guerra con
250 cañones de bronce y 300 de hierro. Unos 1200 hombres perdieron su vida
según algunas versiones, otras dicen que sólo fueron 500. Con la pérdida de
casi toda su flota, d’Estrées tuvo que regresar a Francia. Fue exonerado de
responsabilidad personal por el desastre.
El
Bourbon, una de las naves de D Estres accidentadas.
En 1973 una expedición aficionada que partió desde el Club Náutico Playa
Grande rescató, luego en arduo trabajo de 26 horas un cañón, siendo esta
quizás la primera expedición venezolana sobre ese naufragio. Participaron
Enrique, Gustavo y Zulay Conde, Gustavo y Gisela Montenegro, junto a los
marinos Jorge y Santiago, Nico y Mary Nanini,
y el norteamericano Bill Butler, con su hijo
y Martin Nail, en el yate “Siboney”, quien trajo a tierra firme el cañón.
Mas tarde en marzo de 1998 el explorador estadounidense Barry Clifford y
Charles Brewer Carías encabezan, conjuntamente con la Armada venezolana, una
expedición en la cual hallaron restos de la flota de D´Estrées (dos
embarcaciones a 10 metros de profundidad, cañones de nueve pies de largo,
anclas de quince pies de vástago frascos, botones, adornos de bronce).
